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incluso reconocer esa posibilidad. Incluso Gardner se acoge en la sugestión, y su intento de investigar la vida sexual del
a otro de los principios freudianos, al afirmar que los niños niño mediante el análisis de adultos. A juicio de Moll, las “de-
son seres sexuados que quieren seducir a otros niños y a los mostraciones” de la teoría psicoanalítica son muy problemáti-
adultos, convirtiéndoles por lo tanto en “provocadores” sexua- cas (véase Tortosa, 1998, p. 434):
les del progenitor de sexo contrario. Así, Gardner afirma, por
ejemplo: Freud y sus partidarios subordinan los historiales clínicos a
la teoría, y no la teoría a los historiales clínicos. Freud intenta
“Hay algo de pederasta en cada uno de nosotros” (Gardner, 1991, p. demostrar su teoría mediante psicoanálisis. Pero hay en este
118), o “Los niños son naturalmente sexuales y pueden iniciar en- punto tantas interpretaciones arbitrarias que no cabe hablar de
cuentros sexuales seduciendo a un adulto” (Gardner, 1986, p. 93), o una demostración. Sulloway describe extensamente las con-
“Debe ayudarse al niño a comprender que en nuestra sociedad troversias entre Freud y Moll. Resulta grotesco que Freud re-
tenemos una actitud exageradamente punitiva y moralista res- prochase a Moll haber plagiado sus descubrimientos, cuando
pecto al abuso sexual contra ellos” (Gardner, 1992, p. 572). En el libro de Moll sobre el desarrollo sexual apareció ocho años
una palabra, Gardner se muestra como un buen discípulo de antes que el trabajo de Freud sobre la teoría sexual.
Freud, un buen seguidor de una línea psicoanalítica ortodoxa.
Claro que, evidentemente, según el mismo razonamiento que Muchos médicos acogieron positivamente el psicoanálisis.
movió a Gardner a afirmar lo positivo de la pedofilia, se po- Pero a medida que el movimiento psicoanalítico se fue convir-
dría argumentar que cualquier hijo deja de ser culpable ante la tiendo en una especie de secta religiosa, los colegas de Freud
justicia si mata a su progenitor de sexo contrario, al justificarse se distanciaron del análisis. La analogía con una comunidad
debido al también acientífico complejo de Edipo. religiosa no fue utilizada sólo por los adversarios, sino también
por los partidarios del psicoanálisis. Así, dice Wilhelm Stekel
Resulta curioso examinar cómo cualquier argumento es uti- que él pasó a ser el apóstol de Freud, “que era mi Cristo”, y que
lizado por Gardner, al igual que por el psicoanálisis para jus- los encuentros del club de los miércoles en casa de Freud se
tificar la teoría, y por lo tanto reforzar su acientificidad. Así, vivían como una revelación.
por ejemplo, con respecto a la pedofilia, o por ampliación, el
incesto, afirma que en numerosas sociedades son consideradas Las afirmaciones de Freud sobre su aislamiento durante años
incestuosas las relaciones entre grupos de parientes que no se armonizan bien con su ficción de vivir como Robinson en una
reducen al grupo de los miembros de la familia nuclear, pero isla solitaria; pero entre los hechos históricos y el mito del hé-
que esto no hace sino confirmar la universalidad de la prohi- roe psicoanalítico hay una enorme distancia. Las reacciones de
bición y su fuerza. La prohibición del incesto, ley universal los contemporáneos de Freud a las teorías de éste no fueron
que en todas las sociedades regula los intercambios matrimo- homogéneas: algunos críticos las rechazaron enérgicamente
niales, es el principio fundante del complejo de Edipo. Se- por razones morales o científicas; varios colegas acogieron sus
gún Freud, el incesto es siempre deseado inconscientemente. trabajos con simpatía, pero expresaron sus dudas en algunos
Su prohibición le coarta al ser humano dos tendencias fun- puntos sobre su doctrina; hubo, en fin, un grupo de partidarios
damentales: matar a su padre y desposar a su madre. Pero el entusiastas para los que las palabras del maestro constituían
antropólogo Bronisław Malinowski, tras los resultados de su una revelación. Sin duda Gardner, pasados unos años, fue uno
investigación de campo en las Islas Trobriand, criticó la tesis de ellos.
freudiana acerca de la universalidad del Complejo de Edipo, al
mismo tiempo que su origen biológico. Freud había propuesto No es preciso insistir en la falta de base científica de toda la
la existencia del complejo en todas las sociedades humanas en teoría de Gardner, la nula validez de sus conceptos sobre la
su obra Tótem y tabú, pero Malinowski demostró que en la sexualidad, ya que se basan en las teorías psicoanalíticas, que
estructura matrilineal de los trobiandeses la presencia de las también son totalmente inválidas desde un punto de vista
madres en la vida de los niños era bastante reducida (dado que científico.
las mujeres eran quienes llevaban a cabo las actividades econó-
micas) y que los padres tampoco poseían un papel importante
en la sociedad, ni se les reconocía su papel en la procreación.
5. el diagnóstico
Las funciones de uno y otro progenitor, pues, eran realizadas
por las hermanas mayores y por los tíos maternos de los niños.
En esta constelación desarrollaban, generalmente, fantasías El supuesto SAP, ante tanta crítica recibida, se enmascara,
sexuales hacia sus hermanas, en tanto que odio hacia los tíos adopta nuevos nombres, huye de su auténtica nomenclatu-
maternos. Malinowski, por lo tanto, demuestra la no univer- ra para adoptar nuevas etiquetas. Así, Escudero et al. (2010,
salidad del complejo de Edipo (véase Gómez-Naranjo, 2004, pp. 54-55) expresan: “quienes lo aplican intentan invisibilizar
y Parkin & Stone, 2007). conceptos y evidencias que no son insignificantes. Hemos compro-
bado que cuando aparece en algún expediente judicial la palabra
Es frecuente afirmar que Freud fue el primer descubridor de supuesto “SAP” o alguno de sus eufemismos: “alienación parental”,
la sexualidad infantil. Pero ya antes de Freud algunos autores “alienación familiar”, “interferencia parental”, “impedimento de
como Wilhelm Fliess y Albert Moll señalaron la amplia ex- contacto”, “ideación fantástica”, “profecía autocumplida”, “falsa
tensión de ciertos fenómenos sexuales infantiles. Uno de los memoria”, “madre maliciosa” entre otras, todos los antecedentes,
críticos más incómodos del psicoanálisis fue Albert Moll, que evidencias, o consecuencias previstas y previsibles con anteriori-
estudió en su libro de 1897 el desarrollo de la sexualidad in- dad, pasan a un segundo plano (o directamente desaparecen del
fantil; Moll critica el método interrogativo de Freud, basado escenario) y a partir de ese momento la atención se desvía hacia la
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