Page 36 - infancia_juventud_y_ley-7
P. 36

Articulado




          cuanto a que la mayoría son menores de género masculino. La   grupo que había ejercido violencia sexual, mientras que en las
          edad media, que fueron 14,5 años señala por tanto una irrup-  escalas de rebeldía, oposicionista, rudeza, insensibilidad social
          ción de este tipo de conductas en la preadolescencia, aunque   y discordancia familiar era más altas las puntuaciones en el
          el dato puede estar también influido con el hecho de que los   grupo de violencia no sexual. Por otra parte se apreció mayor
          menores con medida judicial suelen atenderse desde recursos   sintomatología clínica en los menores que ejercían violencia
          propios del Sistema de Justicia Juvenil.              no sexual, menos en las escalas de sintomatología más interna-
                                                                lista como son los sentimientos de ansiedad, el afecto depresi-
          En el área familiar, se han identificado dificultades e indica-  vo y la tendencia al suicidio. Estos resultados obtenidos en este
          dores de mal funcionamiento ya que se aprecia una comuni-  primer estudio, apuntan a que los menores que han tenido un
          cación familiar ofensiva, hay problemas de adicciones  en la   comportamiento violento a nivel sexual difieren de los meno-
          familia, y sobre todo que más de la mitad de los menores ha-  res con comportamientos violentos sólo físico o psicológicos,
          bían sido testigos de violencia intrafamiliar y/o víctimas de la   pero sería necesario realizar un análisis inferencial al respecto
          misma (Sobral et al., 2000).                          para poder apoyar esta hipótesis.

          Las variables relacionadas con la historia de aprendizaje sexual   Estos datos, aunque deben ser interpretados con cautela,
          indican un porcentaje de antecedentes de victimización sexual   apuntan a las explicaciones que especialistas como Seto y La-
          por encima de las estimaciones que se suelen hacerse respecto   lumiere (2010) o Van Wijk et al. (2006) realizan tras sendos
          a la población general, pero este dato, junto a otros relaciona-  metaanalisis sobre la materia, señalando que  los menores
          dos con sus experiencias sexuales deben analizarse con más   ofensores sexuales no poseen unas características de tipo delic-
          profundidad diferenciando entre grupos de menores según el   tivo tan marcadas como adolescentes que ejercen otras formas
          tipo de violencia que ejercen. También se identifica una alta   de violencia, sino que se caracterízan más por la incompeten-
          exposición a contenidos sexuales inadecuados.         cia social, mostrando más problemas en las relaciones inter-
                                                                personales con los iguales.
          El tipo de conducta violenta por la cual han sido derivados fue
          en un alto porcentaje (41,1%) por violencia sexual, aunque la   Sin embargo, es importante señalar las limitaciones de nuestra
          mitad de estos casos también presentaban otras formas de vio-  investigación. En primer lugar hay que indicar que el presente
          lencia, lo cual concuerda con los especialistas que señalan que   estudio es de carácter inicial, considerando necesario realizar
          la violencia sexual en la adolescencia en muchas ocasiones se   una mayor explotación de los datos teniendo en cuenta los
          ve acompañado de otros problemas de conducta (van Wijk et   primeros resultados obtenidos. Sobre todo, sabiendo de la di-
          al., 2006; Seto y Lalumiere, 2010). El inicio de estas conductas   ficultad de obtención de semejante muestra ya que los estudios
          se estableció según nuestros datos en la mayoría de los casos   realizados sobre este tema suelen tener muestras de tamaños
          antes de los 14 años, y suelen ser conductas reiteradas, lo cual   semejantes.
          señala la necesidad de intervenciones tempranas (Ingles et al.,
          2011; Löeber, et al., 2008; Stattin y Magnusson, 1989).  Si bien es cierto que los resultados podrían estar distorsiona-
                                                                dos por tratarse de menores que acceden ellos/sus familias ini-
          También señalan una necesidad de intervención preventiva el   cialmente a una intervención a través de derivación de diversos
          hecho de que los menores suelan tener como víctimas otros   recursos sobre todo sociales, hay que mencionar que son casos
          menores, estando en nuestro estudio el mayor porcentaje de   derivados de distintas entidades que trabajan con menores y
          las víctimas entre los 10 y 15 años, y aunque más de la mitad   que son en ocasiones menores/familiares que tienen contacto
          eran de sexo femenino no había una gran diferencia entre am-  con Servicios Sociales o son derivados a través del Servicio de
          bos sexos, y estas víctimas solían ser conocidas (menor conoci-  Protección de Menores pero no por ser usuarios previamen-
          do, madre y hermano principalmente).                  te de dichos dispositivos, si no por detectarse la violencia y
                                                                ser remitidos a dichos servicios (como ocurre en los casos de
          Del análisis de las características de personalidad a través de   menores de 14 años que al no tener edad de responsabilidad
          las puntuaciones del MACI de la muestra total destacan por   penal son remitidos por la Fiscalía al Servicio de Protección
          su porcentaje de puntuaciones significativas las escalas de   de Menores).
          egocentrismo, histrionismo y rebeldía, en Preocupaciones Ex-
          presadas la insensibilidad social, y en cuanto a los Síntomas   El protocolo de vaciado de información diseñado se basó en
          Clínicos, la predisposición a la delincuencia y la impulsividad.   estudios previos sobre la materia pero al tratarse de un estudio
          Estos datos son acordes a los estudios que señalan la impul-  de datos ya existentes en los expedientes algunos datos pueden
          sividad y la insensibilidad social como característico de las   estar sólo referenciados por los menores durante las sesiones
          poblaciones de menores que ejercen violencia (Alcázar, 2007;     pero no a través de una entrevista específica. Así, datos como
          Antolín, 2011; López et al., 2008; Luengo et al., 2002; Peña,   los referidos a la historia sexual, como el consumo de porno-
          2011; Sobral et al., 2000).                           grafía y el tipo de la misma, pueden ser poco informados o de
                                                                forma superficial por los menores.
          Pero al comparar, tras un análisis sólo descriptivo, entre los
          menores que habían ejercido violencia sexual (ya sea exclu-  Sería necesario a partir de este primer análisis, estudiar con
          sivamente o combinada con otras formas de violencia) y los   mayor profundidad la información obtenida siguiendo las lí-
          menores que habían cometido violencia no sexual, se aprecia   neas que marcan las últimas investigaciones y revisiones sobre
          una mayor frecuencia de puntuaciones significativas en las es-  el tema (Cale et al., 2015; Joyal, Carpentier y Martin, 2016;
          calas sumiso, conformista, incomodidad respecto al sexo, en el   Cullen, 2011; Jaffé, 2010; Leroux, Pullman, Motayne y Seto,
          36 Infancia, Juventud y Ley
   31   32   33   34   35   36   37   38   39   40   41