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Articulado




          el entorno familiar o de amistades cercanas (amigos, conoci-
          dos,..). El grado de relación y confianza es elevado si unimos
          estos datos a los de lugar de comisión de delito,  vemos que la
          mayoría de las agresiones se producen en domicilios familiares.



                              conclusión

          De los adolescentes que agreden sexualmente,  la amplia ma-
          yoría de sus víctimas son menores de edad.  La línea diferen-
          ciadora entre agresor-víctima no siempre está definida, ya que
          se dan casos en que el agresor es o ha sido víctima de  abuso
          emocional, físico, negligencias, maltrato institucional…

          La protección a la infancia no puede obviar la importancia de
          la prevención y para ello es fundamental la educación afectiva
          sexual enfatizando la igualdad entre sexos, el respeto y la tole-
          rancia como valores fundamentales. Educar explícitamente en
          la prevención del abuso de cualquier índole y esta labor debe
          contemplarse en el currículo académico desde la educación in-
          fantil hasta la secundaria. De igual manera deben establecerse
          y velar por el seguimiento de protocolos de actuación para la
          prevención, detección y actuación del abuso en las institucio-
          nes y centros que tengan menores a su cargo.












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