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Investigación empírica




          De los resultados obtenidos parece derivarse que el fenómeno   se produzcan actos vandálicos o agresiones a otras personas, se
          del botellón no tiene el mismo significado para los adoles-  excedan los niveles de ruido permitidos, etc.
          centes que para los jóvenes de mayor edad. Para estos últimos
          el botellón representa una actividad con la que hacer tiempo   El  botellón representa un contexto de ocio desestructurado
          antes de que los locales de ocio nocturno (bares, pubs, discote-  donde jóvenes, con actitudes positivas hacia el consumo de al-
          cas) empiecen a tener ambiente. Además representa una for-  cohol, auto gestionan su diversión sin la existencia de una ade-
          ma económica de ir cogiendo el punto que les permita aguantar   cuada supervisión externa que limite la aparición de conductas
          toda la noche (“primero se va al botellón (...) después ya vas con el   no deseadas. Estas características convierten a este fenómeno
          puntillo para el pub”). Para estés jóvenes el alcohol es percibido   en un importante factor de riesgo para la aparición en los más
          como un facilitador de las relaciones sociales y favorecedora de   jóvenes de consumos abusivos de drogas y otros problemas de
          la conexión del grupo y están escasamente motivados para sus-  conducta (Mahoney y Stattin, 2000; Mahoney, Stattin, y Lord,
          tituirlo por otras actividades (Baigorri, Fernández y GIESyT,   2004). Soluciones simplistas como alejar los botellones de las
          2004). Estos jóvenes están altamente socializados en un tipo   zonas residenciales o perseguirlos con medidas sancionadoras
          de ocio nocturno centrado en bares y discotecas y no se mues-  como las planteadas en el anteproyecto de ley de protección de
          tran muy dispuestos a sustituirlo por otras alternativas, por lo   la seguridad ciudadana pueden reducir los problemas relacio-
          que el objetivo más razonable con este colectivo sería centrarse   nados con los ruidos o con la suciedad, pero también pueden
          en reducir los riesgos asociados a eses hábitos fomentando pa-  ayudar a potenciar las condiciones que favorecen la aparición
          trones de consumo responsables y respetuosos con los demás  de conductas problemáticas en la juventud al fomentar la clan-
                                                                destinidad de estas reuniones de jóvenes. La verdadera pre-
          Sin embargo para los más jóvenes el botellón parece jugar un   vención de los problemas asociados con esta práctica requiere
          papel distinto. Los grupos en los que hacen botellón son más   que la sociedad en su conjunto adquiera conciencia de que el
          numerosos, pasan menos tiempo en ellos, gastan más dinero y   verdadero problema está en el uso del alcohol y otras drogas
          son más los que regresan a casa directamente. Esto hace que   y no tanto en que los adolescentes hagan uso de los espacios
          el botellón adquiera una mayor relevancia y la hace especial-  públicos para divertirse. Esta conciencia debería llevar a que,
          mente perniciosa para los adolescentes. Los adolescentes que   tanto desde la familia como desde los poderes públicos se esta-
          participan en el botellón gastan más dinero que los más mayo-  blezcan los mecanismos de supervisión necesarios para evitar
          res y disponen de menos tiempo para estar en estos contextos,   el acceso de los menores al alcohol. También seria de interés el
          por lo que se favorece la aparición de patrones de consumo de   fomento de una educación para la ciudadanía que fomente en
          alcohol peligrosos, al tener que consumir grandes cantidades   los adolescentes las conductas cívicas que fomenten el cuidado
          de alcohol en periodos de tiempo reducidos. Esto sin duda   de los bienes públicos y el respeto a los derechos de los demás.
          favorece la aparición de problemas verdaderamente graves re-  También sería de gran utilidad para erradicar estas prácticas
          lacionados con el alcohol que, en no pocos casos, puede des-  fomentar programas de ocio alternativo bien diseñados que
          embocar en comas etílicos.                            ayuden a consolidar patrones de diversión menos vinculados
                                                                con el ocio nocturno tradicional.
          Pero aunque no se lleguen a esos extremos, hay otros elemen-
          tos que ayudan a incrementar el riesgo de los adolescentes que   En los grupos de discusión realizados en nuestro estudio con
          practican el botellón. Por un lado, la mayoría de los jóvenes en   distintos agentes sociales (asociaciones de padres y madres,
          estos contextos presentan actitudes positivas hacia el alcohol   asociaciones vecinales, asociaciones recreativas) surgían recu-
          y otras drogas (Calafat et. al, 2005). Esto sin duda hace que la   rrentemente propuestas que iban en este sentido. Fueron va-
          presión social hacia el consumo sea muy intensa, lo cual debe   rios donde surgió la preocupación por la desaparición en la
          afectar de forma especial a los jóvenes adolescentes que, por   ciudad de espacios públicos en los que los jóvenes pudiesen
          término medio son más susceptibles a las presiones de grupo   pasar su tiempo libre de una forma saludable. Como propuesta
          (Coleman y Hendry, 1999; Moral, Rodríguez y Sirvent, 2006).   se planteaba la posibilidad de dotar a los barrios de espacios
          Algunos estudios corroboran este riesgo al encontrar que los   en la que los niños y adolescentes pudieran practicar deporte,
          adolescentes que participan en el botellón se diferencian de los   realizar actividades culturales o simplemente estar en grupo,
          más mayores en la importancia de motivaciones como el no   lo cual no implicaba dotar a los barrios de nuevas infraestruc-
          quedarse solo o hacerlo porque es lo que hacen los amigos (Cortes,   turas, simplemente se proponía optimizar el uso de recursos
          Espejo y Giménez, 2008). Por otra parte habría que tener en   ya existentes, habilitando por ejemplo los centros educativos
          cuenta que en el botellón la accesibilidad del alcohol y otras   como espacios socioculturales accesibles a la comunidad en los
          drogas es mucho más elevada de la que se produce en otros   horarios extraescolares.
          contextos de ocio. En bares, discotecas, etc. existen responsa-
          bles de supervisar y evitar el acceso de menores a las bebidas   Otra propuesta que se hacía era la de escapar de la asocia-
          alcohólicas, pudiendo actuar sobre ellos si no se cumple estas   ción de ocio con la noche. Muchos de los programas de ocio
          prohibiciones. Lo que sucede en el botellón es que esos míni-  alternativo planifican sus actividades para un rango de edad
          mos controles que se deben ejercer en los locales desaparecen,   muy amplio que abarca desde el inicio de la adolescencia has-
          incrementándose la probabilidad de que los menores accedan   ta los 30 años o más, planificando la mayoría de las activida-
          al alcohol. La desaparición de controles también debe influir   des en horarios nocturnos, en la lógica de que actuase como
          en el incremento del riesgo para el consumo de otras drogas o   competencia del ocio nocturno tradicional asociado a bares y
          la realización de otras conductas antisociales. No en vano los   discotecas. Esto se ha demostrado que no funciona, pues esas
          propietarios de los locales también son responsables de evitar   actividades se convierten para los más mayores, en el mejor
          que en sus establecimientos se consuman sustancias ilegales,   de los casos, en un complemento al ocio tradicional (Baigorri,

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